Algunos remedios medicinales descritos en las obras farmacológicas andalusíes (segunda parte)

Seguimos repasando los contenidos de algunas de las composiciones más interesantes de la farmacología andalusí. En esta ocasión, remedios de origen vegetal y animal, además de animales que se pensaba que tenían también propiedades medicinales


Ana M. Cabo González
Universidad de Sevilla


Médico preparando un elixir. Ilustración de una traducción árabe del Materia medica de Dioscórides. The Metropolitan Museum of Art.

Medicamentos de origen vegetal y animal

En tercer lugar, vamos a proseguir con los productos derivados de vegetales y animales, de los cuales también las obras farmacológicas refieren nombres en varias lenguas, descripciones morfológicas, orígenes y propiedades curativas, solos o en combinación con otros elementos, además de su proceso de preparación. Solo hemos extraído sus propiedades.

Y, para ello, hemos elegido el aceite de oliva, el vinagre, el vino, el jabón, la leche, el pelo, la mirra, la mantequilla, el sándalo, el azúcar y la cera.

El aceite de oliva

«El aceite de oliva se obtiene de las aceitunas maduras. Entre sus propiedades podemos enumerar que suaviza el vientre y, además, se administra contra los medicamentos letales para provocar el vómito. Asimismo, es bueno para el estómago por su capacidad de astringir y refuerza las encías y robustece los dientes si se mantiene en la boca. Mezclado con agua de cebada o agua caliente, laxa y expulsa las lombrices del vientre; en enema, aprovecha contra los cólicos causados por los tumores intestinales o las oclusiones causadas por los excrementos secos. Si se instila aceite en el oído en el que haya entrado agua, la saca; si se unta con él la parte más baja del trasero, es buen remedio contra las fisuras. El aceite de oliva potencia el coito y engrosa el pene si este se unta con él con asiduidad».

En la actualidad, está demostrado que el aceite de oliva regula los niveles de colesterol en sangre y tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes e hidratantes.

El vinagre

«El vinagre debilita la vista, consume la flema, causa dolores de útero y corta las hemorragias de cualquier lugar; cocido con los alimentos, abre el apetito y ayuda a digerirlos; si se empapa en él lana sucia y se aplica como emplasto, cura las heridas nada más producirse, impidiéndoles que se inflamen; si se mezcla con miel, es buen remedio para el menstruo, reafirma las encías, impide que las llagas malignas se propaguen por el cuerpo, es útil contra la erisipela, la sarna llagada, los eczemas, las almorranas y el panadizo, si se mezcla con lo medicamentos apropiados contra estas dolencias. Si se lavan con él las llagas malignas, impide que estas se propaguen por el cuerpo; bebido con sal, es buen remedio contra la ingestión de setas mortales y cicuta; en gárgaras, corta el flujo de residuos a la garganta y conviene contra las anginas y la parálisis facial; se emplea habitualmente mezclado con medicamentos contra las dolencias del bazo, especialmente si se maceran en él higos dulces durante siete días, y los come en ayunas el enfermo, a razón de tres diarios. Si se cuecen en él higos hasta que estos se deshagan y se aplica la masa en emplasto sobre los lugares del cuerpo donde uno tiene picor y aspereza, es muy provechoso. Como colutorio, quita la flema y reafirma los dientes que se mueven, agudiza el oído, mejora la digestión y quita la indigestión y la epilepsia».

En la actualidad, está demostrado que el vinagre tiene propiedades antioxidantes, antimicrobianas, antidiabéticas y antihipertensivas.

El vino

«El vino varía en cuanto a consistencia, olor y color: el tinto es denso y el blanco, ligero. Posee un magnífico efecto para el cuerpo cuando se sabe cómo utilizarlo. Entre sus virtudes está la de hace volver en sí a los desvanecidos, contribuir a que los alimentos se absorban con rapidez, ayudar al cuerpo a recobrar sus fuerzas y a restablecerse y contrarresta la nocividad de los venenos. Posee, además, la propiedad, que no tienen los demás alimentos, de alejar los pensamientos obsesivos y relajar el espíritu, siendo incluso uno de los mejores tratamientos contra la melancolía si se utiliza de modo adecuado; procura un sueño agradable y prolongado, ayuda a tener una buena digestión, despierta el apetito, genera mucha sangre, sirve de provecho al cuerpo, mejora su color y combate la sequedad, la deshidratación, la debilidad y la decrepitud. Además, abre los conductos y las obstrucciones y penetra en los residuos, de modo que ayuda a hacerlos salir del cuerpo con facilidad a través de las heces, la orina y el sudor. Todo vino en conjunto, si es puro, no mezclado con nada y astringente, fortalece el estómago, abre el apetito, alimenta el cuerpo, da sueño, aumenta la fuerza corporal y mejora la color. El vino añejo daña a los nervios y a los sentidos; en cambio, el vino joven es un buen remedio contra las malas digestiones, pero causa malos sueños y promueve humores acerbos. El vino blanco, que es ligero, facilita una buena penetración del alimento en el estómago, mientras que el tinto es denso e indigesto. El vino dulce es denso, difícil de asimilar, pero aprovecha al estómago y laxa el vientre como lo hace el mosto, y es más adecuado para la vejiga y los riñones. El vino acerbo es más apropiado para asimilar el alimento y, además, estriñe; el vino suave es menos dañino para los nervios y menos diurético; en cuanto al vino que se hace con agua de mar, es malo para el estómago, da sed, daña los nervios y es laxante; bebido en cantidad correcta, aprovecha a quien haya ingerido cicuta, opio y litargirio, y a quien haya comido setas. El vino resuelve la hinchazón crónica, es buen remedio contra el escozor en el epigastrio, la debilidad de estómago y la sudoración excesiva. El mejor vino es el que no está mezclado con agua, tiene astringencia y es de color claro. Debe beberse agua después del vino, porque calma la virulencia de este y anula el posible daño que aquel produzca».

Dos personajes de las Maqāmāt de al-Ḥarīrī bebiendo vino. Biblioteca Nacional de Francia, ms. Arabe 5847, f. 59r.

En la actualidad, está demostrado que el vino tiene propiedades antidiarreicas, relajantes, reductoras de problemas cardiovasculares, antibacterianas, antidepresivas, antioxidantes y antiinflamatorias.

El jabón

«Mezclado con un poco de pimienta y usado a modo de cataplasma, abre los tumores inmediatamente; si se pone en un trapo de lana y se frotan con él reciamente los empeines y los eczemas, los quita; mezclado con otro tanto de sal y frotado sobre el cuerpo en el baño, quita el prurito y la sarna llagada; mezclado con alheña y untado en las rodillas doloridas, les calma el dolor, y si esto mismo se aplica sobre las manchas de la piel, las elimina; si se hierve con ungüento de rosas y se unta en las llagas de la cabeza de los niños, las seca y las cura. Mezclando jabón con minio y cal apagada se consigue un excelente tinte para el pelo del color de la algarroba. Lavarse la cabeza con jabón, quita las liendres, mata los piojos y elimina la caspa. Es un buen remedio para madurar los tumores y resolverlos y, además, abre las bocas de los forúnculos. Lavarse el pelo con jabón, lo riza».

En la actualidad, está demostrado que el jabón, además de ser un limpiador, tiene propiedades hidratantes, antioxidantes y tónicas.

La leche

«La leche más conveniente es la de mujeres sanas, jóvenes y nutridas con alimentos saludables. Después de la leche de las mujeres, viene la de animales cuyo temperamento se acerca al del hombre como son las ovejas, las cabras, las vacas, las yeguas, las burras y las gacelas. La leche es de buen quimo, nutritiva, suaviza el vientre, pero hincha el estómago y los intestinos. La leche de cabra es menos dañina para el vientre que las demás, porque suelen pacer plantas astringentes como el avellano, la algarroba, la almáciga, el olivo y el alfóncigo. La leche de oveja es espesa, dulce y grasa, y es menos conveniente al estómago que la anterior. La leche de vaca, camella y yegua laxa el vientre más que cualquiera otra. La leche cocida es más astringente que la cruda, y aprovecha contra las dolencias de la garganta, la tráquea, los intestinos, los riñones, la vejiga y el prurito. Si se cuece la leche, hasta reducirse a la mitad y, luego, se bebe, es buen remedio contra la diarrea, las úlceras del intestino, del hígado y de la vejiga. La leche fresca sirve también para curar quemaduras y contra el ardor producido por la ingestión de medicamentos letales y venenosos. La mejor leche para estos tratamientos es la de vaca. La leche fresca, utilizada como colutorio, remedia las llagas que salen en la boca. La leche de burra, si se utiliza como colutorio, reafirma las encías y los dientes. Todas las leches son apropiadas para los que padecen del bazo, los enfermos del hígado, los que tienen debilidad nerviosa, fiebre y epilepsia. Comer habitualmente arroz cocido con leche fresca da lozanía al cuerpo».

En la actualidad, está demostrado que la leche reduce el riesgo de osteoporosis, de enfermedades cardiovasculares y tiene propiedades proteínicas, antimicrobianas y antioxidantes.

El pelo

«El cabello humano, si se moja en vinagre y se pone sobre la mordedura de un perro rabioso, la sana inmediatamente; si la mujer sahúma con él sus genitales, le aprovecha contra los dolores de útero. El pelo quemado calienta y seca, pulimenta los dientes, hace crecer el pelo y seca las llagas húmedas y sucias; humedecido en vino puro y aceite y colocado sobre las heridas que aparecen en la cabeza, impide que estas se entumezcan; triturado, quemado y mezclado con vinagre, es buen remedio contra las pústulas; machacado con miel y untado sobre la pústula labial que sale en la boca de los niños, es de evidente utilidad y, si se deshace con incienso y se esparce sobre las heridas que salen en la cabeza, después de haber untado la lesión con brea, las cura; triturado con miel y puesto sobre las heridas, las sana. Si el pelo quemado se machaca con almártaga y se unta sobre los ojos con sarna y picor intenso, lo calma. El pelo triturado con manteca de oveja y untado donde haya equimosis y tumores susceptibles de propagarse, los cura y, mezclado con aceite de rosas e instilado en el oído, calma el dolor de este y el de muelas. El vapor que se produce al quemarlo, si se aspira, conviene contra la epilepsia y, una vez quemado y untado en el ano, reduce las hemorroides».

En la actualidad, no hemos encontrado información alguna acerca de las propiedades del pelo ni uso terapéutico alguno. Solo lo encontramos como cuerdas de algunos instrumentos musicales y en pesticidas.

La mirra

«Es la resina de un árbol que se extrae mediante incisiones en la corteza. La mirra suelda las descalabraduras de cabeza, si se unta sobre ellas; bebida, mata y expulsa los fetos. Se mezcla con los colirios que se hacen para las llagas de los ojos. Aprovecha contra la tos, si se mantiene en la boca. Bebida, suaviza las asperezas del cuello del útero y lo suaviza, si está contraído. Si se retiene en la boca, perfuma el aliento y quita el olor a vino; a veces se mezcla con alumbre y se restriega en las axilas para quitarles la fetidez y cortar su olor; si se usa como colutorio con vino y aceite, reafirma los dientes y fortalece la encía; si se toma con cañafístula y miel a partes iguales, y se unta en las verrugas, les aprovecha y las limpia; si se mezcla con vinagre y se frota sobre los eczemas, los elimina; si se mezcla con ládano y ungüento de mirto, retiene el pelo que se cae; si se coge con una pluma y se unta en las fosas nasales, corta los resfriados crónicos; si se usa como colirio, rellena las llagas del ojo, quitando el albugo, también elimina las asperezas de los párpados; si se lavan las heridas con jugo de llantén, y luego se espolvorea mirra en ellas, es un remedio útil, que cicatriza y limpia rápidamente, y es el medicamento más efectivo para el tratamiento de las escrófulas».


En la actualidad, está demostrado que la mirra tiene propiedades antihemorrágicas, cicatrizantes, antiinflamatorias, antisépticas y antioxidantes.

La mantequilla

«Si se toma en grandes cantidades, laxa el vientre; como alimento, fortalece y engorda el cuerpo; frotada en las encías de los niños, facilita que le salgan las muelas; disuelta en agua de rosas, untada en un trapo y colocado este sobre los ojos afectados de oftalmía y muy doloridos, les aprovecha extraordinariamente; disuelta y mezclada con algo de harina de trigo y usada en gargarismos, es buen remedio contra los tumores internos de la garganta; lamida repetidamente, quita el hipo; comerla constantemente aprovecha contra la tisis y las llagas de pulmón, sobre todo, fundida en agua dulce fría. Igualmente, limpia las llagas y ayuda a que vuelva a crecer la carne en ellas y, si se unta en las pústulas interiores de la nariz, las cura».

En la actualidad, está demostrado que la mantequilla tiene propiedades vitamínicas, antioxidantes, metabólicas y proteínicas.

El sándalo

«Es una madera que se trae de China y hay tres especies: blanca, amarilla y roja, y todas se emplean. Amasada en agua de rosas con una pizca de alcanfor y untada sobre las sienes, es útil contra el dolor de cabeza causado por el calor; cuando se mezcla una parte de sándalo blanco limado y media de sarcocola, se amasa con clara de huevo y se untan con ello las sienes, conviene contra el dolor de cabeza febril e impide que los catarros afecten a los ojos. Mezclado con agua de rosas y ungido sobre las pústulas de la boca, las quita. El sándalo tiene la propiedad de alegrar y fortificar el corazón, y contribuyen a dicha propiedad su aroma, su astringencia y el poder atenuante que posee».

En la actualidad, está demostrado que el sándalo tiene propiedades antisépticas, astringentes, diuréticas, tónicas, tonificantes, hidratantes y estimulantes.

El azúcar

«El azúcar es el jugo cuajado de una caña conocida que, cuando madura, se arranca, se trocea, se muele y se exprime. Tiene las propiedades de limpiar, disolver y abrir oclusiones; mezclada con agua y bebida, laxa el vientre y es un buen remedio contra los dolores de vejiga y riñones; mezclada con manteca, aprovecha contra la retención de orina; si se bebe azúcar con agua caliente, remedia la ronquera producida por los catarros, y alivia la tos; y si se ingiere con manteca de almendras dulces, es un buen remedio contra los cólicos».

En la actualidad, está demostrado que el azúcar tiene propiedades energéticas, ansiolíticas, conductoras del sueño y prebióticas.

La cera

 «Su principal función es ser la materia fundamental de todos los ungüentos y cataplasmas. Untada en un nervio rígido, disuelve su rigidez; si se toma con granos pequeños como los de pimienta y se traga, es buen remedio contra las diarreas y las corta; y si se mezcla con ungüento de azucena o lirio y se unta en el rostro, lo embellece, aclara su color y le quita las pecas. El poder de la cera es el de calentar, ablandar y rellenar las úlceras. Untada y lamida es útil contra las asperezas del pecho. Su perfume erradica los malos olores siendo, por eso, útil aspirarlo cuando haya peste, bien causada por la aglomeración de gente en un espacio estrecho, por la cercanía de los campos de batalla o por el hedor de la carroña. Si se derrite en aceite de rosas o aceite de oliva dulce y se bebe o se administra en forma de lavativa, es útil contra la disentería».

En la actualidad, está demostrado que la cera tiene propiedades hidratantes, cicatrizantes, embellecedoras de la piel, nutritivas, vitamínicas, antioxidantes y bacteriostáticas.

Animales con propiedades medicinales

Y en cuarto lugar, vamos a tratar los animales, de los que también se dan nombres en varias lenguas, descripciones morfológicas, localizaciones geográficas y las propiedades curativas que puedan tener, junto con su proceso de preparación. Solo hemos extraído, como en los demás casos, sus propiedades farmacológicas.

Y, para ello, hemos elegido la tórtola, el borrego, el puercoespín, la rana, el pavo real, la perdiz, la paloma, las gallinas y los gallos, el gato, la cabra, el asno y el perro.

La tórtola (Zenaida auriculata)

«Su carne es un alimento excelente, especialmente para los ancianos y las personas que están convalecientes, después de los pichones, pues tiene un asombroso poder de regenerar la sangre. Después de matarlas, es pertinente dejarlas un día y luego comerlas. La carne de la tórtola incrementa la memoria, aviva la inteligencia y fortalece los sentidos».

Zenaida auriculata. Autor: Enrique González. Wikimedia Commons.

En la actualidad, la tórtola forma parte de las aves comestibles y su carne es muy nutritiva, tierna y delicada.

El borrego (Ovis aries)

«La carne de borrego es más alimenticia que la de cabra y más conve­niente para las personas que vivan en lugares fríos, que trabajen penosamente o realicen esfuerzos. La carne de cordero quemada se usa contra las picaduras de serpientes y alacranes y, con vino, contra la mordedura de perro rabioso. Sus cenizas vienen bien a las cataratas y son una buena untura contra el vitíligo. El estiércol de borrego, usado en forma de emplasto con vinagre, cura los barrillos y las verrugas y, si se mezcla con cera derretida y aceite de rosas, sana las quemaduras».

La carne de borrego tiene un alto valor proteico y, por su contenido en treonina, facilita la digestión. Tiene un importante contenido en ácido fólico y hierro.

El puercoespín (Hystrix cristata)

«Es un animal que tiene las dimensiones de un perro pequeño, pero que está todo lleno de afiladas púas como las de los erizos. Su carne, si se come, es útil contra la gota, al igual que si se aplica su sangre en forma de emplasto. Esta misma sangre también aclara las pecas».

El puercoespín es un animal protegido y, por lo tanto, no se consume.

La rana (Pelophylax perezi)

«Las ranas de río, cocinadas con sal y aceite de oliva, son un buen remedio contra todas las picaduras de las alimañas, y su piel, preparada de esta forma y mezclada con cera y aceite de rosas, es conveniente contra las enfermedades crónicas aparecidas en los tendones y las úlceras con pus. Si las ranas se queman y se esparcen sus cenizas sobre el lugar del que mana sangre, corta la afluencia de esta y la hemorragia nasal y, mezcladas dichas cenizas con brea fresca y untadas sobre la zona afectada por la alopecia, la cura. La sangre de las ranas verdes, cocida con agua y vinagre y empleado su cocimiento como enjuague bucal, es útil contra el dolor de muelas.La rana terrestre es letal y, si las bestias la comen al pastar, se les caen los dientes. Su grasa se emplea para arrancar las muelas, sus cenizas son formidables contra la alopecia, y su carne es útil contra las mordeduras de alimañas.Si se queman ranas y se esparcen sus cenizas sobre los sitios de donde fluye sangre, corta el flujo; si estas mismas cenizas se componen con brea líquida y se untan en la zona afectada por la alopecia, la cura; si se mezclan con aceite y sal y se aplican en emplasto, aprovecha contra el dolor de dientes. En cuanto a las ranas de pantano, son muy venenosas y no se recurre a ellas para tratamiento alguno».

Las ranas son animales que forman parte de la dieta de algunos países. Su carne es de textura sutil, muy blanca y similar al pescado. Tienen un considerable contenido en selenio, fósforo y proteínas.

El pavo real (Pavo cristatus)

«Su carne y su grasa, una vez cocidas en agua, si se come y se bebe el caldo, conviene contra las afecciones de la pleura y tienen propiedades afrodisíacas; la carne, mezclada con agua, ruda y miel, es útil contra los dolores estomacales y los cólicos. La carne de pavo real es más dura que la carne de la tórtola, el palomo y el pato, y es más basta, más difícil de digerir y de una textura más fibrosa. Es conveniente que, una vez sacrificado el animal, se deje durante dos o tres días colgado, intensificando su peso con una piedra atada a las patas; luego, se debe guisar con vinagre. La hiel, si se mezcla con un vinagre muy ácido, sirve de antídoto contra las mordeduras de las alimañas, y si se mezcla con oximel y agua caliente, se administra contra los dolores de barriga. Si su sangre se mezcla con sarcocola y sal y se unta sobre las úlceras malignas y húmedas que están en proceso de gangrenarse, las cura. Su estiércol, utilizado en forma de untura sobre las verrugas, las aniquila. Con sus huesos, una vez quemados y molidos, se hace una pomada contra las manchas solares; esta misma mezcla se frota también sobre las manchas que deja la lepra, haciéndolas cambiar de color».

Pavo cristatus. Autora: Loys Camargo. Wikimedia Commons.

En la actualidad, la carne del pavo real no se consume, por lo general. Habitualmente, es un animal de jardines y parques que, por su bello plumaje, se suele tener protegido y expuesto para alegra la vista de sus visitantes.

La perdiz (Alectoris rufa)

«Su carne es moderada, de buen alimento y rápida digestión. Los sesos de la perdiz, administrados con vino, son un buen remedio contra la ictericia. La bilis de la perdiz, mezclada con perlas y almizcle en cantidades iguales, después de triturarlo finamente todo y usado como colirio, aprovecha contra el albugo del ojo y la nictalopía; igualmente, mezclada con cebolla albarrana y aceite dulce a partes iguales, y untada en el ojo exteriormente, aprovecha contra las cataratas incipientes. La sangre de la perdiz, desecada, triturada y mezclada con vidrio pulverizado y canela, a partes iguales, cernida luego y mezclada con miel, se usa como colirio contra el albugo, la erisipela y la sarna, y es de gran aprovecho. La pechuga de la perdiz con su grasa, guisada, machacada, mezclada con anís, estoraque líquido y algo de miel, y bebida caliente con agua de hinojo hervida y colada, es un buen remedio contra los dolores de costado y de hígado. Los huevos de perdiz, cocidos en vinagre de cebolla albarrana y comidos, aprovechan contra el dolor de vientre y los retortijones».

La carne de perdiz tiene un alto contenido proteico, además de una importante concentración en hierro, potasio y fósforo. Por lo tanto, está muy indicada para aquellas personas con problemas cardiovasculares.

La paloma (Columba livia)

«Hay dos especies, una que habita en las casas y otra que lo hace en los montes y en las zonas despobladas. La mejor es la doméstica. La carne de paloma es lenta de digerir, y esto se corrige guisándola con vinagre o con agua de cilantro. La carne de paloma es útil para los riñones y aumenta la secreción de semen y de sangre. La sangre de paloma, instilada caliente en los ojos, aprovecha contra las inflamaciones lacrimosas. Si se la degüella, se le secan las entrañas y, aún calientes, se aplican estas sobre las picaduras de escorpión, son de un provecho manifiesto. La grasa de paloma, untada sobre las cicatrices y los arañazos, los elimina. La palomina, triturada con vinagre y ungida sobre las pecas, las manchas y los eczemas, los hace desaparecer; igualmente, si se cuece con manteca rancia y se aplica como emplasto sobre los abscesos, los ablanda y acelera su maduración. La hiel de paloma, usada como colirio, es remedio contra la pérdida de visión nocturna».

La carne de pichón, es decir, el pollo de la paloma casera, es muy apreciada desde el punto de vista culinario y, además, es muy magra y de fácil digestión. Por lo general, se consumen los animales más jóvenes y especialmente criados para ello.

Las gallinas y los gallos (Gallus gallus domesticus)

«La gallina joven y cebada, cocida con manteca hasta quedar bien hecha, son un buen remedio contra la tos seca sin expectoración. Si se calienta la grasa de gallina y se unta con ella la cabeza de quien padezca melancolía, le es de gran provecho, sobre todo si eso se hace varias veces al día. Los sesos de gallina, bebidos con vino, aprovechan contra las picaduras de las sabandijas. En cuanto a los gallos viejos, sirven contra los cólicos, una vez cocidos con agua de cártamo, eneldo, comino y puerro silvestre. Si se hace una incisión en la cresta de un gallo pequeño y se instila la sangre emanada en los ojos, conviene contra el albugo».

La carne de los gallos y las gallinas es la más habitual en la dieta de los humanos, y los caldos procedentes de su cocción son recomendados para aquellas personas débiles de salud.

El gato (Felis silvestris catus)

«Se los tiene para cazar ratones y ratas. Es un buen remedio contra las grietas que se producen entre los dedos de los pies la ceniza mezclada con vinagre que se consigue al quemar un gato degollado junto con su sangre. La hiel de este animal, usada a modo de colirio, agudiza la vista. El sahumerio de sus excrementos secos les es de provecho a quienes tenga fiebre con frío».

El gato es, por lo general, un animal casero, aunque lo encontramos también salvaje. Su propiedad fundamental es la de cazar ratones y ratas, y su carne, salvo en algunas culturas orientales, no se consume.

La cabra (Capra aegagrus hircus)

«Si se coge un trozo de piel de cabra o de cabrito en el momento de ser degollado y se pone sobre la picadura de una serpiente, atrae hacia fuera inmediatamente el veneno. A las casas que se sahúman con pezuñas de cabra, no se acercan jamás las serpientes. La hiel de la cabra es un buen remedio contra los dolores de riñones e impide que crezca el pelo si se unta en una zona previamente depilada. El bazo aprovecha contra la disentería. El hígado, asado e instilado en los ojos, mejora la visión nocturna y si, además, se tritura y se bebe con vino en ayunas, astringe el vientre. La leche de cabra bebida hace fluir la orina y la leche, y es útil contra la ingestión de venenos, es conveniente para los tísicos y aprovecha contra el tumor de amígdalas. Instilar la hiel de la cabra mezclada con jugo de puerro en los oídos, clama el dolor de estos. Si se sahúma una zona con pelo de cabra quemado, las sabandijas huyen de allí. Los excrementos de cabra triturados y mezclados con vino remedian las picaduras de sabandijas y las mordeduras de las fieras; estos mismos excrementos, amasados con miel, se untan sobre las articulaciones doloridas y sobre la gota, y son muy efectivos».

De la cabra se come su carne, se bebe su leche y se elaboran quesos muy apreciados. La leche tiene un alto nivel vitamínico y en minerales. Su carne, por su bajísimo contenido en grasas, es muy saludable.

El asno (Equus asinus)

«Su hígado, quemado y amasadas sus cenizas con aceite, disuelve las escrófulas, asado y comido en ayunas, aprovecha contra la epilepsia, y el mismo efecto tienen sus pezuñas. El agua de la decocción de su carne, usada por los leprosos en baño de asiento, les remedia el mal. La orina de asno, bebida, es útil contra el dolor de riñones. Su estiércol seco, quemado e inhalado por la nariz, corta la hemorragia nasal y corta el flujo de sangre en las heridas. La grasa, untada sobre el pene del impotente sexual, le aprovecha manifiestamente. Si con los testículos secos del asno se sahúma a quien padezca fiebres cuartanas, durante tres días a la hora de dormir, las cura. La leche de burra es un buen remedio contra los dolores de muelas, si se toma y se retiene caliente en la boca; igualmente, bebida, aprovecha contra los medicamentos letales, la disentería y las llagas intestinales, y en enema, es muy útil contra las llagas de las vísceras. La ceniza de sus pezuñas, amasada con leche y untada sobre el albugo y el albarazo, los quita».

Equus asinus. Autor: Adrian Pingstone. Wikimedia Commons.

La leche de burra, muy escasa y apreciada desde la antigüedad, es muy nutritiva y parecida a la leche de la mujer. Tiene propiedades hidratantes, antioxidantes y es muy digestiva.

El perro (Canis lupus familiaris)

«La hiel de perro, usada como colirio, aprovecha contra las cataratas incipientes, sobre todo si se mezcla con miel; instilada en los oídos, remedia la sordera. La grasa de perro muerto, untada en las escrófulas de la garganta, las disuelve y las elimina. La orina del perro, untada sobre las verrugas, las hace caer inmediatamente; y guardada en un frasco durante cinco o seis días y usada como tinte, ennegrece y fortalece el cabello».

En la actualidad, el perro es un animal de compañía y de caza. El consumo de su carne está restringida a algunos países orientales.


Para ampliar:

  • Bustamante Costa, J., “Al-Idrīsī”, Real Academia de la Historia: https://dbe.rah.es/biografias/8899/al-idrisi.
  • Font Quer, P., Plantas medicinales. El Dioscórides renovado, Barcelona: Ediciones Península, 1992.
  • Ibn al-Bayṭār al-Mālaqī, Kitāb al-Ŷāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-agdiya (Colección de medicamentos y alimentos), Introducción, edición crítica, traducción e índices de la letra ṣād y ḍād por A.M. Cabo-González, Sevilla: Mergablum, 2002.
  • Ibn al-Bayṭār al-Mālaqī, Kitāb al-Ŷāmiʿ li-mufradāt al-adwiya wa-l-agdiya (Colección de medicamentos y alimentos), Introducción, edición crítica, traducción e índices de la letra šīn por A.M. Cabo-González, Sevilla: Mergablum, 2005.
  • Ibn Wāfid, Kitāb al-adwiya al-mufrada (Libro de los medicamentos simples), edición, traducción, notas y glosarios de L.F. Aguirre de Cárcer, 2 vols., Madrid: CSIC, 1995.
  • Ibn Ŷulŷul, Tratado octavo, editado y traducido por I. Garijo, Universidad de Córdoba, Córdoba, 1992.
  • Olivé, R., Guía de los animales, Barcelona: Lectio, 2018.
  • Pellant, Chr., Rocas y minerales, Barcelona: Ediciones Omega, 1993.
  • Sezgin, F., Amawi M. & Neubauer, E. (eds.), Al-Idrîsî (d. c. 1165). Kitâb al-Jâmi’ li-sifât ashtât al-nabât wa-durûb anwâ’ al-mufradât. Compendium of the Properties of Diverse Plants and Various Kinds of Simple Drugs. I-III.Frankfurt am Main, Johann Wolfgang Goethe-Universität, Institut für Geschichte der Arabisch-Islamischen Wissenschaften, 1995.