Breve glosario


Baraka:

Bendición divina que poseen algunos objetos y también personas, sobre todo santones y profetas, y que emana de ellos. Puede ser transmitida a terceros a través del contacto y también de rituales como la visita y peregrinación a las tumbas de estos personajes. Puede tener carácter hereditario, a través del linaje sanguíneo pero también del espiritual.

Bid‘a:

Innovación, idea generalmente asociada a algo pernicioso y reprobable desde el punto de vista religioso (las innovaciones técnicas o instituciones nuevas como la madrasa o los hospitales no entrarían en esta categoría). Es toda creencia, acción, ritual o costumbre que no tiene fundamento en el Corán, en el ejemplo del profeta Muḥammad y sus Compañeros y, para algunos juristas, en el consenso de la comunidad islámica. Para algunos ulemas y alfaquíes, ello implica su prohibición; para otros, las innovaciones están sujetas también a las cinco calificaciones legales —es decir, pueden ser prohibidas, reprobables, indiferentes, recomendables e incluso obligatorias—. En la discusión sobre qué es una innovación hay diferencias entre las escuelas jurídicas y también hay prácticas consideradas reprobables en un momento que luego pasaron a ser aceptadas en muchas sociedades islámicas (por ejemplo, el uso del rosario o la celebración del mawlid, el nacimiento del Profeta).

Dār al-‘ahd:

También llamado Dār al-Ṣulḥ, es la “morada de la paz o del pacto”. Todo territorio no musulmán cuyos habitantes mantienen su autonomía a cambio de pagar un tributo y reconocer la autoridad islámica.

Dār al-ḥarb:

La “morada de la guerra”. Aquellos territorios donde no gobierna un poder musulmán, sino uno infiel. En la teoría política islámica clásica, el poder musulmán estaría en permanente estado de guerra con estos territorios hasta que fuesen conquistados.

Dār al-islām:

La “morada del islam”. Aquellos territorios dominados por un gobierno musulmán donde reina la šarī‘a, la ley islámica.

Ḏimmí:

Término que se refiere a los cristianos, judíos —y en ocasiones también mazdeístas e incluso a los hindúes— que vivían en régimen de protección en las tierras dominadas por el islam. A cambio del pago de una serie de tributos como el de capitación (ŷizya) podían conservar sus bienes, religión y costumbres.

Hadiz:

Relato acerca del profeta Muḥammad que recoge alguno de sus hechos o dichos y que forma la unidad narrativa básica de los compendios de la Sunna, de tradición. Su extensión es variable, aunque por lo general breve. Está compuesto de dos elementos: el isnād, o cadena de transmisores que autentifica el relato y que se remonta hasta el propio Profeta, y el matn, la narración propiamente dicha. En algunas compilaciones que buscan atraer audiencias no especializadas, se elimina el primer elemento, más técnico, para concentrar la atención en el segundo.

Ḥanafíes:

Seguidores de la escuela jurídica de Abū Ḥanīfa (m. 767). Dan mucha importancia al qiyās (deducción analógica) y al ra’y (opinión personal del jurista) como fundamentos de la jurisprudencia e ignoran en cierta medida la Sunna, ya que ponen en duda la autenticidad de muchos hadices. Aceptan también el iŷmā‘ (consenso de los musulmanes) y el istiḥsān (estimación personal en la elección de la mejor solución de acuerdo con el contexto).

Ḥanbalíes:

Seguidores de la escuela fundada por Aḥmad b. Ḥanbal (m. 855), la más rigurosa, pietista y literalista de las cuatro grandes escuelas jurídicas del islam sunní. Fundamentan la jurisprudencia casi exclusivamente con el Corán y la Sunna, admitiendo solo el consenso (iŷmā‘) de los Compañeros del Profeta. La innovación (bid‘a) está muy mal vista.

Ḥaŷŷ:

Peregrinación a La Meca en el mes de ḏū l-ḥiŷŷa, duodécimo mes del calendario islámico. Es uno de los cinco pilares del islam y una obligación para todos los musulmanes adultos y sanos que estén en condiciones de poder realizarla.

Imām:

Es el que guía, el que dirige la oración ritual. En los primeros tiempos esta función estaba reservada al jefe de la comunidad, por lo que puede ser también utilizado como sinónimo de califa. Según su uso en las fuentes, los términos califa e imām son mayoritariamente intercambiables, al igual que jilāfa e imāma, califato e imāmato, que se refieren a la institución. El primero, eso sí, se refiere más a la autoridad política, mientras que el segundo a la religiosa. En la tradición sunní el imām debe pertenecer al clan de Qurayš que fue el del Profeta, tener un conocimiento de la ley y capacidad física y mental para llevar a cabo las tareas políticas y militares del cargo, y debe ser investido bien por designación por parte de su predecesor o por elección por parte de la comunidad. El imāmato podía ser invalidado por pérdida de las cualidades mentales o por pérdida de libertad. Las obligaciones del imām eran la defensa de la fe frente a la heterodoxia, la aplicación de castigos legales, el mantenimiento de la paz en las tierras del islam y la defensa de estas, la conducción del ŷihād, y la recepción de los impuestos y del quinto del botín. En la tradición chií, el imām era designado directamente por Dios y estaba inspirado por él, debía ser descendiente directo del Profeta a través de ‘Alī y Fátima, y era infalible e impecable.

Iqṭā‘:

Asignación con la que se beneficiaba a un emir con el derecho de recolectar los impuestos de una tierra en particular a cambio de una promesa de servicio militar. Solía ser una asignación temporal. 

Juṭba:

Sermón pronunciado por el jaṭīb o predicador desde el púlpito o minbar en la oración comunitaria del viernes y en algunos otros oficios excepcionales. Precedía a la oración propiamente dicha y se hacía en nombre del gobernante, lo que equivalía a un reconocimiento de su soberanía. Se dividía en dos partes: una primera en la que se realizaban alabanzas a Dios y al Profeta y recitaciones coránicas, y una segunda que era de tema libre.

Madrasa:

Institución surgida hacia el siglo XI en Irán y Asia central y que funcionaba como escuela de ciencias religiosas, en especial de fiqh o jurisprudencia islámica. Los selŷūquíes, con la fundación de grandes madrasas estatales, harán de esta institución de enseñanza la punta de lanza de su renovación del sunnismo. A través de legados píos, bienes awqāf (sing. waqf), estas escuelas eran capaces de mantener a los maestros y a los alumnos. 

Mahdī:

El “bien guiado”. Personaje escatológico que habrá de aparecer al final de los tiempos para instaurar una religión pura. Mientras que en el sunnismo no tiene una identidad clara (en algunas tradiciones es Jesús), en el islam chií, donde esta figura cobra más importancia, hay varias teorías: los chiíes duodecimanos creen que será Muḥammad al-Mahdī (ocultado en el año 874) mientras que los chiíes septimanos o ismailíes creen que será Ismā‘īl b. Ŷa‘far (m. 755). Con el paso del tiempo surgió también la idea de un “mahdismo histórico”, según la cual ciertos personajes, también llamados “mahdīs”, instaurarían un gobierno de equidad antes de la llegada del fin del mundo. Uno de los ejemplos más destacados es el de Ibn Tūmart (m. 1130), el fundador del movimiento almohade.

Malik:

De la raíz m-l-k que significa posesión y por extensión regla o gobierno, se deriva el término “rey”. Vino a tener la connotación de la faceta temporal y mundana del gobierno, la antítesis de imām. Considerado como un abuso, el título de malik no fue adoptado de forma oficial por los gobernantes islámicos de los primeros tiempos, mientras que era comúnmente aplicado a los monarcas no islámicos. El contacto con tradiciones políticas como la persa sasánida cambió el estatus del término y su significado ciertamente peyorativo y provocó su adopción por parte de algunos gobernantes islámicos, como los būyíes. Su legitimidad se basaba en su función de mantener la justicia y el orden.

Mālikíes:

Seguidores de la escuela jurídica fundada por Mālik b. Anas (m. 795), autor de la más antigua compilación de derecho sunní. Si bien reconocen como fundamentos de la jurisprudencia el Corán, la Sunna (tradición del Profeta), el iŷmā‘ (consenso de los musulmanes), el qiyās (deducción analógica) y también el ra’y (opinión personal del jurista), su principal rasgo es la importancia que conceden a la práctica legal de Medina. Conceden un lugar importante a la consideración del bien público. 

Miḥrāb:

Nicho u hornacina que se sitúa en el muro de orientación hacia La Meca, qibla, de una mezquita, indicando de esa forma la dirección de la oración. Solía estar más ricamente decorado que el resto de elementos del oratorio y era el lugar donde se colocaba el director de la oración, el imām, a imitación de lo que habría hecho el Profeta.

Rāšidūn:

Los bien guiados. Noción que se refiere, sobre todo a partir del siglo IX y en contextos sunníes, a los cuatro primeros califas del islam, a saber Abū Bakr, ‘Umar, ‘Uṯmān y ‘Alī. Su periodo se consideró como una época dorada y fuente de imitación para generaciones posteriores.

Reconquista:

La idea de Reconquista representa uno de los conceptos más conocidos y, a la vez, más controvertidos de la historiografía española. En la actualidad coexisten tres aproximaciones respecto a su significado y valor historiográfico. La noción tradicional, que surge en el ámbito del nacionalismo españolista decimonónico, considera la Reconquista como una lucha de liberación de ocho siglos que habría contribuido decisivamente a forjar la nación española gracias a la definitiva expulsión de los musulmanes; España habría sido, por tanto, una nación ‘forjada contra el islam’. Hoy día se trata de una postura minoritaria en círculos académicos, pero que sigue estando viva en amplios sectores no especializados de la sociedad española. A partir del período de la Transición democrática, esta noción tradicional comenzó a ser cuestionada en el ámbito académico, debido a su estrecha e interesada conexión con el nacionalcatolicismo franquista, consolidándose una visión distinta de la Reconquista que la entiende no como un combate secular sino como la ideología que, con distintas versiones e intensidades dentro de la Península, sirvió a sus reyes para justificar sus políticas de expansión territorial; esta visión distingue entre el término, un neologismo decimonónico, ajeno, por tanto a la Edad Media, y el concepto que se halla detrás de él y que ciertamente sirvió de arma legitimadora en época medieval. En la actualidad defienden esta postura no pocos especialistas. En épocas más recientes se ha desarrollado una tercera tendencia, también respaldada en medios académicos, que considera que la opción de una idea de Reconquista ‘neutra’ y ‘desideologizada’ representa una entelequia, dado que no resulta posible admitir la existencia de un concepto sin término. Desde esta perspectiva, resulta preferible prescindir de la noción de Reconquista, dada su naturaleza intrínsecamente tendenciosa y sesgada.

Ribāṭ:

Etimológicamente significa “atadura, ligadura”. Se refiere tanto a la acción de ir a un lugar de frontera a realizar prácticas ascéticas y a prestarse voluntario para defender el territorio islámico a través del ŷihād como al lugar, generalmente fortificado, donde se realiza esta acción. Se conformaba como una recomendación de devoción adoptada libremente por piadosos musulmanes que desean la perfección en su vida espiritual.

Šāfi‘íes:

Seguidores de la escuela jurídica fundada por al-Šāfi‘ī (m. 820). Reconocen como fundamentos de la jurisprudencia, por este orden, el Corán, la Sunna (tradición del Profeta), el iȳma‘ (consenso de los musulmanes) y el qiyās (deducción analógica). Al-Šāfi‘ī rechazó el raʼy presente en las dos escuelas existentes en su época (la ḥanafí y la malikí) y tuvo una influencia decisiva en imponer la Sunna (entendida como equivalente a los materiales recogidos en los hadices) como segunda fuente legal.

Šarīf:

Literalmente significa “noble”, aunque pronto pasó a designar a aquellos que descendían del linaje del Profeta a través de los nietos habidos del matrimonio de su primo y yerno ‘Alī con su hija Fátima. Gracias al prestigio de su ascendencia, todo šarīf de vida piadosa ha sido considerado como santo. Ese reconocimiento ha servido también para que se fundasen dinastías gobernantes šarīfianas o jerifes, como la marroquí. 

Šayj:

Término utilizado para referirse tanto a un reputado ulema como a un maestro sufí.

Sufí:

El que practica el taṣawwuf, el musulmán que sigue la vía mística. El nombre deriva de la lana que solían vestir. El sufí intenta experimentar un contacto con Dios casi directo a través de prácticas ascéticas o de rituales colectivos que incluyen oraciones, música, danza o ḏikr, la invocación del nombre de Dios. A partir del siglo XII comenzaron a formar diversas órdenes, ṭarīqas (vías), que seguían en su reproducción un sistema de maestro-discípulo.

Sultán:

Originalmente designaba en abstracto el “poder”, aunque a partir del siglo X pasó a designar al poseedor del poder, de la autoridad. El proceso por el cual se produjo la resignificación es difícil de rastrear. Encontramos ya a los fatimíes usando el epíteto de “sultán del islam” y en el mismo periodo los būyíes utilizaron el de sulṭān al-dawla, el “sultán del estado” . Pero parece que fue con los selȳūquíes con quienes el término se utilizaría ya de forma habitual como título para un soberano, de hecho como el título de más alto rango tras el de califa. En la literatura del XIII aparece ya como un término que denota la más absoluta independencia política.

Umma:

Es la comunidad de creyentes, de musulmanes, cuya fundación se remonta a la época de Medina. El Profeta creó entonces un vínculo de unión y solidaridad revolucionario para el contexto árabe de la época, que ya no se basaba en lazos de sangre ni en cuestiones tribales sino en la religión. Al principio del periodo de Medina parece que los judíos habitantes de la ciudad también formaban parte de la Umma, aunque pronto se constituyó como algo exclusivo para los musulmanes.