La mezquita de Tinmal

En la pasada noche del 8 de septiembre de 2023, un seísmo causó la ruina casi total de la mezquita de Tinmal, que constituye uno de los referentes más importantes de la arquitectura almohade, por su regularidad y unidad, por su decoración y su historia


Antonio Almagro
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Alfonso Jiménez
Real Academia Sevillana de Ciencias


Vista del interior de la mezquita de Tinmal antes del terremoto de septiembre de 2023. Emilien Lebourgeois. Wikimedia Commons.

En un estrecho e intrincado valle del corazón del Alto Atlas, a unos 75 Km al sur de la ciudad de Marrakech, se encuentra la pequeña aldea de Tinmal. Asentada sobre la vertiente septentrional del valle, queda la población muy por encima del cauce del wadi Nafiss y del terreno inundable y los cultivos que se extienden a sus pies, aprovechando las primeras pendientes, aún suaves, de las estribaciones de la imponente orografía de la zona. Sobre una plataforma algo más plana que el resto, aislada, se levantaba una mezquita que constituye uno de los referentes más importantes de la arquitectura almohade, por su regularidad y unidad, por su decoración y su historia. En la pasada noche del 8 de septiembre de 2023, un seísmo, cuyo epicentro se halló a poco menos de 23 km de este lugar, causó la ruina casi total de este singular monumento.

Es inevitable, en cuanto se menciona Tinmal, traer a colación la figura histórica del mahdī Ibn Tūmart, fundador del movimiento almohade, pues se estableció en este lugar como refugio y base desde la que atacar a los almorávides, cuya capital, Marrakech, resistió no obstante un asedio.  Y aquí, en este lugar del Atlas, murió y fue enterrado en el año 1130. La mezquita se vinculó al sepulcro del mahdī Ibn Tūmart, que sería más tarde profanado por los benimerines.

Vista de la mezquita de Tinmal antes del terremoto de septiembre de 2023. Autor: Antonio Almagro. Atlas de Arquitectura Almohade.

Se han propuesto dos fechas para este edificio que tal vez no sean contradictorias, pues Khiara y Leonetti sostienen, gracias a una noticia de Ibn al-Qattan, que la construcción de la mezquita estaba decidida antes del 4 de agosto de 1148, mientras que para Basset y Terrasse, a quienes siguen Ewert y Wisshak, la fecha de su construcción es el año 1153-4, apoyándose en un pasaje del Rawd al-Qirtas de Ibn Abi Zar según la cual:

«El año 548 volvió Abd al-Mumin a Marrakus, después de tomar Bugía […] Después de matarlo [a un pariente de al-Mahdi, que fue crucificado en Marrakech] se fue a Tinmal, para visitar el sepulcro de al-Mahdi; distribuyó entre sus habitantes grandes sumas e hizo construir y ensanchar la mezquita; de allí se fue a Salé, donde pasó el resto del año 548».

Como en tantos casos, la ambigua traducción del texto árabe al castellano actual deja más dudas que certezas, pues “construir” y “ensanchar” no son sinónimos en nuestro idioma.

Por el momento, no podemos hacer una evaluación de cómo ha quedado el monumento tras el seísmo, pero sí podemos describirlo en base a la documentación de la que disponemos y al recuerdo de las visitas que efectuamos a partir de 1991.

Planta de la mezquita de Tinmal. Autor: Antonio Almagro. Atlas de Arquitectura Almohade.

El cuerpo principal del edificio queda inscrito en planta dentro de un rectángulo, cercano al cuadrado, con una anchura de 47,50 m y longitud de norte a sur de 43,40 m, formado por un grueso muro de tapia de tierra coronado por almenas rematadas con albardillas piramidales. De sus paramentos totalmente lisos sobresalen los cuerpos, construidos en ladrillo, de las siete puertas que dan acceso a su interior, tres en cada uno de los laterales y una axial en el norte, además de la torre adosada en el lado sur, construida con ladrillo con rellenos de mampostería de piedra, donde se cobija el mihrab y que pudo hacer también las veces de alminar.

Los cuerpos prominentes en que se sitúan las siete puertas permiten disponerlas con dobles arcos entre cuyas jambas quedan alojadas las hojas de carpintería con que se cierran estos accesos, en organización espacial típica de la arquitectura islámica occidental. El volumen de cada puerta queda cubierto con tejadillos a un agua y presentan sencillas pilastras en sus esquinas. Los arcos de paso son de herradura apuntada con alfiz rehundido.

Sección transversal de la mezquita de Tinmal. Autor: Antonio Almagro. Atlas de la Arquitectura Almohade.

El interior del oratorio responde al modelo característico de las mezquitas almohades, siendo este seguramente el arquetipo o al menos la formulación más acabada, pues, dada su corta etapa de uso, no había perdido su carácter genuino. La mezquita se subdivide en dos zonas, una de mayor tamaño destinada a la sala de oración y otra menor ocupada por el patio y sus pórticos, formando ambas un conjunto espacial y compositivo unitario. Dos arquerías principales destacan en dirección transversal, este-oeste, una delimita la nave que corre adosada al muro sur o de la qibla, y la otra separa la sala de oración del patio; estos pórticos, especialmente el primero, reciben un tratamiento decorativo especial. El resto de la sala está compuesto por naves dispuestas en dirección perpendicular al muro de la qibla, que en este caso son nueve, separadas por pórticos de cuatro vanos cada uno. La nave axial es algo más ancha que el resto, con 5,60 m frente a 3,90 de las naves contiguas. Las naves extremas son también algo mayores. Las dos naves extremas de cada lado se prolongan más allá de la arquería que separa la sala del patio, dando lugar a los pórticos laterales de éste. Otro pórtico simple cierra el patio por el norte, confiriéndole unidad. Las arquerías están soportadas por pilares, en su mayoría de planta rectangular, aunque existen otros en forma de T en las uniones entre naves perpendiculares y también algunos con forma de cruz.

Sección longitudinal de la mezquita de Tinmal. Autor: Antonio Almagro. Atlas de Arquitectura Almohade.

Esta disposición general del espacio del oratorio, se ha venido llamando en “T“ por la mayor anchura que poseen la nave axial y la de la qibla, ambas con direcciones ortogonales, disposición que se complica en algunas mezquitas para dar la forma de “E”, al ser más anchas las naves extremas, subtipo que no siempre resulta evidente. La mezquita de Tinmal, con nueve naves de cuatro vanos, puede considerarse un modelo intermedio entre el caso más simple representado por la mezquita de la Qasba de Rabat, que solo tiene siete naves y arquerías de dos vanos, y la mezquita Kutubiyya de Marrakech que resulta más evolucionada en formas y tamaño, con 17 naves con arquerías de seis vanos. A diferencia de la de Rabat, que solo enfatiza un ámbito de la zona donde confluyen la nave axial y la de la qibla, en Tinmal son tres los espacios cubiertos con cúpulas de mocárabes en la misma zona central, además de las de los dos extremos de la nave de la qibla. En la Kutubiyya, las cúpulas son cinco, jalonando la nave transversal, según una fórmula canónica que probablemente se repitió en la mezquita sevillana.

Interior de la mezquita de Tinmal antes del terremoto de septiembre de 2023. Zoubeir2008. Wikimedia Commons.

La mayoría de los arcos son de herradura apuntada y lisos, en algún caso con cuatro centros de curvatura, como los que forman la fachada de la sala hacia el patio. Son de lambrequines todos los que bordean los espacios cubiertos con cúpulas de mocárabes y los dos extremos de la arquería entre la sala y el patio. En estos casos, los arcos son dobles y de escaso grosor, para dejar sitio a una calle intermedia que junto al mihrab se adorna con decoración de sebka o katf wa-dārŷ tallada en yeso. En la arquería que conforma la nave de la qibla, además de los dos extremos y el central, que son de lambrequines, los restantes son lobulados, de 15 lóbulos sencillos cuatro de ellos y de 13 lóbulos triples los demás. Todos los arcos arrancan de una nacela en la que apoya una forma característica del arte almohade, formada por un perfil convexo que remata en otro cóncavo derivado del remate vegetal de hoja de palma. Todos los arcos de la sala de oración apoyan sobre semicolumnas adosadas a los pilares con capiteles de yeso tallado de variadas formas, de los que solo se conservan algunos.

Visita virtual al interior de la mezquita de Tinmal. Google maps.


Llama la atención la rigurosa simetría axial de la totalidad del edificio, que también documentamos en las fases más antiguas de la Kutubiyya y Sevilla, y en los planteamientos inconclusos de la mezquita de la alcazaba de Marrakech y de la nueva aljama de Rabat. Las cubiertas, en su mayor parte desaparecidas después de un periodo de abandono, debieron ser a dos aguas, en su mayoría soportadas por armaduras de par y nudillo con tirantes, según las vemos en la mezquita Kutubiyya. Aceptando este modelo, las de la nave de la qibla serían a cuatro aguas; así se reconstruyeron las que cubren los dos lados de la nave de la qibla. Las que se conservaban, quizás originales, sobre las bóvedas de mocárabes y que serían invisibles desde el interior de la mezquita, son de artesa de limabordón con almizate.

El mihrab se abre en el centro del muro de la qibla y está compuesto por un nicho profundo de planta cuadrada con dos ángulos achaflanados en la parte inferior y octogonal más arriba y que se cubre con una cupulita de mocárabes. Un arco soportado por cuatro semicolumnas de yeso con capiteles de fina labra del mismo material constituye el acceso al nicho presentando en su frente exterior un bello y a la vez austero acompañamiento ornamental. El arco es de herradura apuntada, apoyado en sendas nacelas lisas en el frente que sirven de transición entre los capiteles y la línea de impostas, y está trasdosado por otro de perfil aún más apuntado, compuesto por finos lóbulos que, en sus uniones, adoptan la forma de ápices vegetales, cuyas impostas arrancan con la típica forma de doble voluta tan característica del arte almohade que, a veces, muestra su origen o explicación: un ibis picoteando una serpiente. Todo ello queda enmarcado por un alfiz moldurado que delimita albanegas en cuyo centro se disponen rosetones que terminan en formas vegetales derivadas de la hoja de palma. Una banda con decoración geométrica de lazos enmarca todo el conjunto del nicho y sirve de asiento a un friso de siete arcos ciegos, tres de medio punto y cuatro más estrechos conformados por hojas vegetales. Otro friso de decoración geométrica y que se extiende por los cuatro lados de este espacio inmediato al mihrab servía de apoyo a la bóveda de mocárabes de la que sólo quedan sus arranques. Como ya se ha indicado, los tres lados abiertos de este espacio inmediato al mihrab cuentan con dobles arcos de lambrequines entre los que corre una banda con decoración de katf wa-dārŷ. Bajo los arranques de los dos que apoyan en el muro de la qibla,se abren dos arcos de paso, flanqueando el central.    

Interior de la mezquita de Tinmal antes del terremoto de septiembre de 2023. R Prazeres. Wikimedia Commons.

Lo más extraño del edificio es su cabecera por el exterior, ya que por la parte interior muestra la organización canónica, tripartita y simétrica que hemos anunciado: el arco para el acceso de la autoridad al este, el del mihrab en el centro y la puerta del púlpito rodante en el oeste. Tales elementos tradicionales quedaron englobados por un gran prisma exterior de organización casi simétrica, más extenso de lo necesario para cobijar los elementos interiores, y algo achatado, pues apenas sobresale de los tejados adyacentes y que el seísmo ha partido en diagonal, derribando la parte oeste; alojaba una escalera dextrógira, con sólo dos tramos largos y uno corto, gracias a la cual se accedía a una cámara situada sobre el mihrab, con escasas y pequeñas ventanas, así como a la azotea general del prisma; por el exterior, mirando al sur, había tres arcos ciegos muy parecidos a los inferiores de la cara de levante del alminar de la Kutubiyya; quizás por este detalle y por la escalera, se ha identificado este raro prisma con el alminar, al que el almuédano subiría girando, al contrario que en todos los demás casos que conocemos en Al-Andalus y al-Magrib al-Aqṣā.

Al hablar de esta la mezquita, de forma inmediata, surge el recuerdo del investigador alemán Christian Ewert (1935-2006) con quien conocimos el lugar en octubre de 1991, y que hasta el presente ha sido quien más y mejor ha estudiado el oratorio. La historia moderna de Tinmal comienza con el siglo XX, pero hasta la primavera de 1923 no se realizó una investigación adecuada, con buenos dibujos y fotografías, impresos en 1932. Las imágenes de aquellos años nos muestran un edificio que había cambiado bastante, no en sus volúmenes ni sus espacios, pues, como ahora, estaba prácticamente en alberca, pero si en algunas formas menores y en su epidermis, pues vemos que su exterior estaba muy descarnado, lo mismo que una parte del interior.

En la publicación fundamental de Ewert y Wisshak, las fotografías, tomadas entre 1963 y 1975, nos muestran el interior relativamente limpio, las cepas de los pilares del patio visibles, casi todas las viejas hojas de las puertas repuestas en sus lugares, y se ve que habían realizado algunas obras en el interior, además muchos paramentos del exterior quedaron ocultos por un revoco nuevo; así es como lo dibujó el investigador, definiendo el prototipo de la arquitectura religiosa almohade, con fórmulas espaciales, constructivas y decorativas que, según la opinión general, heredaron las aljamas más antiguas de los unitaristas, concretamente las de la Kutubiyya y Sevilla, que son, en cierta manera y en apariencia, como la multiplicación y redimensionado del esquema tinmalí, que, a su vez, tal vez se inspirara en la mezquita de Rabat llamada Ŷamiʿ al-Atiq, edificio que aún muestra soluciones almorávides ante el muro de la qibla. Todo ello nos hace pensar que el proceso de formación de la arquitectura almohade debió ser bastante complejo, desempeñando Tinmal un papel central.

La mezquita de Tinmal tras el terremoto de septiembre de 2023.

Al comienzo de los años noventa del siglo pasado, se realizó una restauración extensa del monumento reconstruyendo los arcos que estaban hundidos en la sala de oración y completando la cubrición de la nave inmediata al muro de la qibla, en la que solo los espacios de las bóvedas de mocárabes central y oriental estaban tejados. El resto del edificio se dejó en alberca, sin tejados y sin reconstruir los pilares ni los arcos del patio. En el año 2022 se inició una nueva fase de restauración que ha concluido inopinadamente con el terremoto acaecido en la noche del 8 de septiembre de 2023 y que ha provocado el colapso casi total del monumento, sin que en el momento en que se redacta este texto pueda aún vislumbrarse el verdadero alcance de la ruina, que en todo caso parece de enorme trascendencia y gravedad.

Debemos esperar que la pérdida irreparable que ha causado el seísmo, pueda al menos mitigarse en parte con una esmerada, documentada y juiciosa reconstrucción que reintegre cuantos restos se puedan recuperar de sus escombros para que con ello siga perdurando este testimonio material de una página importante de la historia de al-Andalus y el Magreb.


Para ampliar:

  • Más información, sobre todo gráfica en: https://www.ataral.es/inventario.php?id=mezquita-de-tinmal (Proyecto de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando financiado por el Programa Estatal de I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación, PID2019-111644GB-I00).
  • Basset, Henri y Henri Terrasse (1932). Sanctuaires et forteresses almohades. Collection Hespéris, V. Paris, Larose Éditeur.
  • Calvo Capilla, Susana (2017). Peregrinación y ceremonial en las mezquitas almohades: el caso de la mezquita de Tinmal. Alfonso VIII y Leonor de Inglaterra: confluencias artísticas en el entorno de 1200. Madrid, Ediciones Complutenses: 589-629.
  • Calvo Capilla, Susana (2019). Reflexiones en torno a los alminares almohades: la Mezquita de Tinmal y la Giralda de Sevilla. Al-Muwahhidün: el despertar del califato almohade. Sevilla, Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, 138-155.
  • Ewert, Christian y Jens-Peter Wisshak (1984). Forschugen zur almohadischen Moschee. II: Die Moschee von Tinmal. Mainz am Rhein, Verlag Phillip von Zabern.
  • Ewert, Christian (1986). The Mosque of Tinmal (Morocco) and Some New Aspects of Islamic Architectural Typology. Proceedings of the British Academy (72): 115-148.
  • Ewert, Christian (1992). La herencia artística de la España islámica en el norte de África y Al-Andalus. Las artes islámicas en España. Madrid, The Metropolitan Museum of Art y Ediciones El Viso: 84-95.
  • Huici Miranda, Ambrosio (1964). Ibn Abi Zar: Rawd al-Qirtas. 1, Valencia, Nácher.
  • Khiara, Youssef y Bulle Tuil Leonetti (2014). Tinmal et la construction de la légitimité mu’minide,  Maroc mediéval. Un empire de l’Afrique à l’Espagne. Paris, Hazan Louvre éditions: 281-4.