Las Epístolas de los Hermanos de la Pureza en al-Andalus

Al margen del islam ortodoxo, las Epístolas ofrecen un sistema de pensamiento que, por su punto de vista tolerante y universalista, la amplitud de su campo de pensamiento científico y la meticulosa organización de este conocimiento, resultaba evidentemente atractivo para muchos, dentro y fuera del islam


Godefroid de Callataÿ
Université catholique de Louvain


Detalle de una miniatura representando a los Hermanos de la Pureza según el manuscrito Esad Efendi 3638, Süleymaniye Kütüphanesi (Estambul). Wikimedia Commons.

«Hermanos de la Pureza» (Ijwān al-Ṣafā’) es el nombre con el que un grupo de intelectuales musulmanes que probablemente vivieron en Irak en el siglo X (o incluso antes, desde el siglo IX), escribieron una obra sin parangón en la literatura árabe medieval. Esta obra son las Rasā’il Ijwān al-Ṣafā’ (Epístolas de los Ijwān al-Ṣafā’), una colección de unos cincuenta tratados escritos en forma de epístolas que, en conjunto, forman una vasta síntesis de filosofía y ciencia con una fuerte impronta ideológica. La fecha de composición y la autoría de la obra, así como la filiación doctrinal de sus autores, son cuestiones que nunca han dejado de debatirse acaloradamente, y que siguen haciéndolo en la actualidad. Mientras que algunas fuentes medievales atribuyen este corpus a Aḥmad b. ‘Abd Allāh (m. 225/840), uno de los imanes ocultos del ismailismo primitivo, otras atribuyen su autoría a grandes figuras del chiísmo, como el imán Ŷa’far al-Ṣādiq (m. 148/765) o el propio ‘Alī (m. 40/661), yerno y primo del profeta del islam.

Hace tiempo que la investigación moderna rechazó cada una de estas atribuciones, pero el campo de las hipótesis no ha disminuido en absoluto. Hay que decir que el propio texto —una obra clandestina que se publicó deliberadamente bajo un seudónimo— no da ninguna indicación precisa de lugar o fecha. Disponemos de unos pocos testimonios externos supuestamente contemporáneos de los redactores y que los hacen funcionarios en una cancillería local de Basora en la segunda mitad del siglo IV/X, pero el valor de tales testimonios se ha revisado a la baja en la investigación reciente.

La cuestión de la filiación doctrinal de los Hermanos de la Pureza es una de las que más se discute hoy en día. La mayoría de los especialistas reconocen al menos fuertes afinidades entre su filosofía y la doctrina de los Ismailíes, una rama del chiísmo conocida por su esoterismo y que, como tal, siempre ha sido combatida y perseguida por las corrientes mayoritarias y supuestamente más ortodoxas del islam. Pero las diferencias se hacen evidentes en cuanto se intenta vincular a los Ijwān con cualquier movimiento ismailí históricamente atestiguado. A fin de cuentas, teniendo en cuenta el extremo eclecticismo mostrado por los autores a lo largo de esta obra, se puede preguntar si no es demasiado simplista reducir su pensamiento únicamente a esa dimensión ismailí.

Más en concreto, la cincuentena de epístolas que componen las Rasā’il Ijwān al-Ṣafā’ se agrupan en cuatro secciones («ciencias matemáticas», «ciencias físicas», «ciencias del alma y del intelecto», «ciencias divinas») y se organizan en un camino filosófico e iniciático que se supone permite al alma humana, mediante su aprendizaje de las ciencias y su purificación moral, volver a su principio divino.

La filosofía de los Hermanos de la Pureza es profundamente sincrética. Si bien el aristotelismo proporciona el marco estructural de la obra y el material de muchas de las epístolas, otras corrientes antiguas como el pitagorismo y el neoplatonismo desempeñan un papel igualmente fundamental, si no más. El hermetismo y las ciencias ocultas, principalmente la astrología, también están en el centro del sistema. Lo que también llama la atención en la lectura de esta vasta síntesis es la constante preocupación de sus autores por conciliar los conocimientos racionales —obviamente los de los filósofos y científicos griegos, pero también, en muchos campos, los de los Iraníes, de los Indios y de varios otros pueblos— con los datos revelados en la tradición musulmana y en las demás religiones abrahámicas, que notablemente nuestros autores sitúan casi en pie de igualdad con el islam: «No somos enemigos de ninguna ciencia, ni nos adherimos fanáticamente a ninguna doctrina», exclaman los Ijwān al-Ṣafā’ en un pasaje que se cita a menudo hoy en día para evocar la sorprendente tolerancia y apertura mental de sus autores.

Figura de uno de los Hermano de la Pureza según el manuscrito Esad Efendi 3638, Süleymaniye Kütüphanesi (Estambul). Wikimedia Commons.

Por su amplitud y enfoque panorámico, por el número y la diversidad de sus fuentes, por su organización interna y por su preocupación por trascender todo tipo de particularismos, la colección de epístolas de los Hermanos de la Pureza reúne todos los criterios para ser considerada como una de las mayores representantes del género enciclopédico en el islam y, sin duda, como la mejor representante de este género antes del periodo mameluco. Sin embargo, su marcada orientación ideológica contrasta con las producciones habituales del enciclopedismo medieval.

Accesibles durante mucho tiempo sólo en ediciones poco científicas, las Rasā’il Ijwān al-Ṣafā’ son ahora objeto de un vasto proyecto colectivo e internacional destinado a publicar la primera edición crítica del texto árabe, con una traducción inglesa anotada, de toda la colección. El potente resurgimiento del interés por los Hermanos de la Pureza que atestigua este proyecto se refleja en diferentes direcciones de investigación. Una de ellas es la cuestión del lugar que ocupan las Rasā’il en la historia del pensamiento medieval, así como la de su transmisión y circulación a lo largo de los siglos. Aunque todavía no se ha escrito un estudio de síntesis sobre estas cuestiones, las investigaciones recientes nos llevan a pensar que este impacto fue mucho más considerable y duradero de lo que se ha afirmado generalmente hasta ahora. En este artículo, nos centraremos en la recepción e influencia del corpus de las Rasā’il en la Península Ibérica.

La introducción de las Rasā’il en al-Andalus

Sobre la introducción de las Epístolas en al-Andalus disponemos de un testimonio que por mucho tiempo se ha considerado clave. En sus Ṭabaqāt al-Umam, Ṣā‘id al-Andalusī nos habla de Abū l-Ḥakam al-Kirmānī, un alumno del famoso astrónomo y matemático Maslama al-Maŷrīṭī (m. 395/1004), y esto es lo que nos cuenta del discípulo:

«Al-Kirmānī, de Córdoba, fue uno de los que tenían un profundo conocimiento de aritmética y geometría. (…) Había viajado a Oriente y llegado a Ḥarrān en la Ŷazīra. Allí se había ocupado de geometría y medicina. Luego volvió a al-Andalus y se estableció en el Oeste, en la ciudad de Zaragoza, trayendo con él la obra conocida como las Epístolas de los Hermanos de la Pureza (Rasā’il Ijwān al-Ṣafā’). Hasta donde yo sé, nadie las había introducido en al-Andalus antes que él».

El testimonio de Sā‘id es preciso y a primera vista parece bien informado. Además, la fecha que propone para la primera introducción de las Rasā’il en la Península encaja bien con lo que afirma al-Tawḥīdī para su composición en el Oriente. Redactadas en la segunda mitad del siglo X en Basora, las Epístolas habrían comenzado a circular en el-Andalus hacia mediado del siglo XI. Sin embargo, la investigación reciente ha cuestionado por completo esta cronología y, en consecuencia, el valor de estos dos testimonios. Al contrario de lo que afirma Ṣā‘id sobre al-Kirmānī, hoy sabemos a ciencia cierta que las Rasā’il Ijwān al-Ṣafā’ ya eran conocidas en la Península Ibérica desde mediados del siglo anterior. Lo que lo indica es el hecho de que se mencionan en la Rutbat al-ḥakīm y la Gāyat al-ḥakīm, dos famosos tratados de ciencias ocultas escritos en aquella época en el propio suelo de al-Andalus. En un estudio revolucionario y fundamental, Maribel Fierro demostró que el autor de esas dos obras gemelas no es otro que el tradicionista Maslama b. Qāsim al-Qurṭubī, muerto en Córdoba en el 353/964, y que debió escribirlas hacia el final de vida, tras regresar de su larga estancia en Oriente. Aquí no voy a insistir en la figura de este extraño autor, ya que en otro lugar hablo con más detalle de él, de su papel en la introducción de las Rasā’il en al-Andalus y, en general, en la transmisión de las ciencias ocultas entre Oriente y Occidente.

La posteridad de los Ijwān en la Península

Una vez en circulación en la Península, ¿cuál habrá sido el impacto de las Rasā’il a lo largo de los tiempos ? Cuando intentamos evaluar la influencia de los Ijwān sobre la literatura posterior, ya sea en al-Andalus o en cualquier otro lugar del mundo, nos encontramos con un gran problema. Precisamente por el carácter heterodoxo de su pensamiento, los autores que hacen referencia explícita a los Hermanos de la Pureza o a sus epístolas constituyen sólo una pequeña minoría de las fuentes que deben ser consideradas, y estas fuentes tienden a clasificarse en dos categorías opuestas entre sí. Por un lado. están los autores que reivindican con orgullo la herencia de las Rasā’il, haciendo de ellas una de las joyas más sagradas de su propia literatura (podemos citar aquí, como ejemplo, los textos de algunos pensadores ismailíes del Yemen a partir del siglo XII). Por otro lado, están los campeones autoproclamados de la ortodoxia islámica, como al-Gazālī en el siglo XI o Ibn Taymiyya dos siglos después, que no tienen palabras lo suficientemente duras para condenar lo que perciben como aberraciones extremistas y perniciosas para la fe musulmana. 

Miniatura representando a los Hermanos de la Pureza según el manuscrito Esad Efendi 3638, Süleymaniye Kütüphanesi (Estambul). Wikimedia Commons.

Por ello, si se quiere tener una visión más real de la posteridad ijwāniana, es importante analizar las fuentes de una manera diferente, buscando formas más esquivas de hacer referencias y préstamos. Una forma sutil de referirse a una obra sin nombrarla es tomar lo que se puede considerar como fórmulas típicas de ella y colocarlas en lugares cuidadosamente elegidos para la atención del lector informado. Cualquier persona familiarizada con la obra lo podrá confirmar, las Rasā’il Ijwān al-Ṣafā’ se caracterizan por el uso de fórmulas recurrentes —casi se diría que hasta la saciedad— entre las cuales hay que destacar:  «Sabe, hermano mío, que Dios te apoye, así como a nosotros mismos, con un espíritu que viene de Él»; y «Tal vez, hermano mío, tu alma despierte del sueño de la negligencia y del letargo de la ignorancia».

Releer algunas de las obras clásicas de la literatura filosófica andalusí teniendo en cuenta ese tipo de fórmulas estereotipadas —se las suele denominar shibboleths en la jerga técnica— nos permite hacer interesantes descubrimientos.

Tomemos, por ejemplo, el Ḥayy ibn Yaqẓān (El filósofo autodidacto), la famosa novela escrita por Ibn Ṭufayl en el siglo XII, y que relata en forma alegórica el proceso de adquisición de la filosofía por parte de un niño autodidacta criado por una cierva en una isla desierta y lejana a la civilización. La novela se termina con estas líneas: 

«Y esto —que Dios te apoye, así como a nosotros mismos con un espíritu que viene de Él— fue la historia de Ḥayy Ibn Yaqẓān, Absāl y Salāmān. Este relato incluye una gran cantidad de cosas que no se encuentran en los libros y que no se escuchan de los discursos ordinarios. Procede de la sabiduría secreta que sólo los que tienen conocimiento de Dios son capaces de recibir, y que sólo los despreocupados por Dios ignoran».

Es muy difícil no ver en estas palabras una referencia encubierta a los Ijwān al-Ṣafā’, sobre todo cuando Ibn Ṭufayl parece haber extraído varios elementos clave de su narrativa (como por ejemplo su teoría de la generación espontánea en una isla ubicada por debajo del ecuador) directamente del «Juicio de los Animales y el Hombre ante el Rey de los Ŷinn», la cual es la más elaborada y más famosa de todas las alegorías filosóficas que salpican la obra de los Hermanos de la Pureza.  

Del mismo modo, ¿cómo no reconocer tales alusiones en el uso repetido de estas mismas fórmulas en el Kitāb al-dawā’ir al-waḥmiyya (El libro de los círculos imaginarios), dado que este tratado, escrito poco antes del Ḥayy ibn Yaqẓān por el filósofo neoplatónico Ibn al-Sid al-Baṭalyawsī (m. 521/1127), se ha reconocido desde hace mucho como una especie de compendio de las doctrinas de los Hermanos?

En realidad, hay muchos más ejemplos de «shibboleths ijwānianos» en la literatura andalusí, como señalé en un estudio específicamente dedicado a esta cuestión. El propio Maslama b. Qāsim al-Qurṭubī ya utiliza el procedimiento en un pasaje de la Gāyat al-ḥakīm relativo a la división del saber humano en diez ciencias. Tres siglos después de él, el gran místico Ibn al-‘Arabī (m. 638/1240) volverá a hacerlo repetidamente en varias de sus obras.  

Pero volvamos por un momento a Ibn al-Sid al-Baṭalyawsī, pues está claro que su Libro de los círculos imaginarios, que fue traducido al hebreo al menos en tres ocasiones durante la Edad Media, desempeñó un papel considerable en la transmisión de la filosofía de los Ijwān a los pensadores judíos de la Península.  De hecho, sabemos que las Rasā’il, aunque no siempre es fácil decir si fue de forma directa o indirecta, fueron conocidas y utilizadas por una verdadera constelación de eruditos judíos de los siglos XI-XIII, entre los que nos limitaremos aquí a mencionar los nombres de Ibn Gabirol,  Mosheh Ibn ‘Ezra, Baḥya Ibn Paqūda, Yudah Halevi, José Ibn Zaddiq, y Shem-Tov Ibn Falaquera.

Miniatura representando a los Hermanos de la Pureza según el manuscrito Esad Efendi 3638, Süleymaniye Kütüphanesi (Estambul). Wikimedia Commons.

¿Cuál es la razón de tal afición? Aunque no eran musulmanes, todos estos intelectuales compartían con los Hermanos puntos de vista muy similares sobre el hombre, su alma y el estrecho vínculo que une a esa alma y su principio divino con el universo. Todos ellos se inspiraban en última instancia en la misma doctrina, a saber, el neoplatonismo heredado del mundo griego antiguo, y todos, como los Ijwān, se enfrentaban al mismo reto de armonizar el saber humano con la sagrada palabra de Dios. 

Al margen del islam ortodoxo, las Rasā’il ofrecen un sistema de pensamiento que, por su punto de vista tolerante y universalista, la amplitud de su campo de pensamiento científico y la meticulosa organización de este conocimiento, resultaba evidentemente atractivo para muchos, dentro y fuera del islam. Es probable que el anonimato de la obra haya sido un factor de difusión adicional, ya que permitía a cualquier autor, de cualquier confesión, inspirarse en ella, o incluso tomar partes de esa enciclopedia literalmente, y sin tener que citarla por su nombre.

Como ya se ha dicho, queda por escribir un trabajo de síntesis sobre el impacto de los Ijwān al-Ṣafā’ y sus epístolas. Concluiré este breve esbozo sobre la posteridad de los Hermanos en al-Andalus con un testimonio original recientemente descubierto en la portada de un manuscrito de la Rutbat al-ḥakīm, el tratado alquímico de Maslama b. Qāsim al-Qurṭubī ya mencionado anteriormente. Justo después de recordar el texto de Ṣā’id sobre la supuesta primera introducción de las Rasā’il en al-Andalus por al-Kirmānī, el copista cree conveniente añadir esas pocas palabras, que para nosotros tienen el mérito de ser de primera mano:

«No hay enseñanza en al-Andalus que no se refiera a las Rasā’il Ijwān al-Ṣafā’; este es un hecho en el que coinciden los habitantes de la Península».


Para ampliar:

  • de Callataÿ, Godefroid, “Did the Ikhwān al-Ṣafā’ inspire Ibn Ṭufayl to his Ḥayy Ibn Yaqdhān?”, Ishraq: Islamic Philosophy Yearbook 3 (2012), pp. 82-89.
  • de Callataÿ, Godefroid, “From Ibn Masarra to Ibn ‘Arabī: References, Shibboleths and Subtle Allusions to the Rasā’il Ikhwān al-Ṣafā’ in the Literature of al-Andalus”, en A. Straface, C. De Angelo y A. Manzo (eds.), Labor Limae. Studi in onore di Carmela Baffioni, as Studi Magrebini, XII-XIII (2014-2015), vol. XII, pp. 217-267.
  • de Callataÿ, Godefroid, “Who were the readers of the Rasā’il Ikhwān al-Ṣafā’?”, Micrologus. Nature, Sciences and Medieval Societies 24 (2016), pp. 269-302.
  • El-Bizri, Nader (ed.), The Ikhwān al-Ṣafāʾ and their ‘Rasāʾil’; An Introduction (Epistles of the Brethren of Purity), Oxford – New York: Oxford University Press in association with the Institute of Ismaili Studies, 2008, pp. 58–82.
  • Fierro, Maribel, “Bāṭ̣inism in al-Andalus: Maslama b. Qāsim al-Qurṭubī (d. 353/964), author of the Rutbat al-Ḥakīm and the Ghāyat al-Ḥakīm (Picatrix)”, Studia Islamica, 84 (1996), pp. 87-112.
  • Zonta (Mauro), “Linee del pensiero islamico nella storia della filosofia ebraica medievale (parte prima)”, in Annali. Istituto Universitario Orientale, 57.1-2 (1997), pp. 101-144.