En memoria de Filomena Barros (1958-2021)

Fue una figura precursora para los estudios árabes e islámicos en Portugal, en especial, en la investigación acerca de las minorías étnico-religiosas. Tenía una vocación como pocos para la enseñanza. Era humana y cercana, y tuvo una voz mediadora sobre temas de injusticia social


Elsa Cardoso
Universidad de Hamburgo


Detalle de la portada de In the Iberian Peninsula and Beyond. A History of Jews and Muslims (15th-17th Centuries).

«La primera vez que la vi, entró en el aula llevando un chal, desenvuelta e informal, y dijo: ‘He venido a islamizaros'». Así recordaba a la Profesora Filomena Barros, en un articulo en su memoria, la periodista y escritora Patrícia Reis. En él, comentaba además la visita del Papa Francisco al Gran Ayatollah de Iraq ‘Alī al-Sīstānī, un tema cuya simbología y memoria seguramente a Filomena le habría encantado debatir y comentar, como de hecho ya había ocurrido con la simbólica visita de Francisco a Auschwitz en el 2016, tras la cual el pontífice apeló a las autoridades polacas a recibir con las manos abiertas a los refugiados. Filomena no dudaba de que esta apelación no era una casualidad, por su carga simbólica y de ruptura en un país que negaba y niega este apoyo humanitario. Tampoco es una simple casualidad este acertado análisis que realizó la Prof. Filomena, siempre implicada en la denuncia activa, solidarizándose y defendiendo causas sociales y políticas olvidadas, como tantas veces he tenido oportunidad de comprobar.

De hecho, en esa presentación desenvuelta e informal—«He venido a islamizaros»— debía de ser una anécdota recurrente en sus clases, una forma graciosa y a la vez provocadora de aludir a una temática —el islam— tantas veces asociada casi exclusivamente al terrorismo religioso en la prensa portuguesa. Así entró también en mi primera clase del seminario «Islão: normativas e representações» del máster en Historia del Mediterráneo Islámico y Medieval de la Universidad de Lisboa, desmontando enseguida toda una pre-construcción sobre el islam en la historia y en la contemporaneidad. Me acuerdo perfectamente de escuchar su célebre frase —«he venido a islamizaros»—, seguida de su carcajada contagiosa y característica que se escuchaba desde lejos, para decirnos, al final, que todavía hay mucho que investigar sobre el mundo islámico. Eso es especialmente cierto en el caso de Portugal, donde ella fundó, junto con el profesor José Alberto Tavim, la primera y única revista científica dedicada a los estudios islámicos y judíos: Hamsa.

Fotograma de la conferencia «Os Mouros em Évora», en el Museu de Évora.

Maria Filomena Lopes de Barros, profesora de la Universidad de Évora, nos dejó inesperadamente, de enfermedad súbita, el día 8 de marzo de 2021, a dos meses de cumplir 63 años (23 mayo 1958), en su casa en Lisboa. Tampoco es casualidad que su área de investigación fuera la de las minorías religiosas, musulmanes y judíos, en contexto cristiano medieval y moderno, dedicándose también a los estudios sobre la mujer musulmana en el Portugal medieval. Aunque manteniendo siempre el rigor en sus investigaciones, Filomena tuvo una voz mediadora sobre temas de injusticia social, voz que usaba no solamente como forma de preservación de la memoria, sino que especialmente dirigía hacia cuestiones contemporáneas, como la demonización e islamofobia en relación con los refugiados, mientras, a la vez, se mantenía viva la memoria del Holocausto. Muchas veces hablé con ella de los temas del uso de la memoria, de las guerras en Medio Oriente y del desastre humanitario, de Palestina… Pero también sobre otras inquietudes que compartíamos, como la actualidad política en Portugal o la situación de la mujer en el mundo académico, mucho mas precaria que para los hombres, que siguen ocupando, no por casualidad, los principales puestos. Su voz no se erguía solamente por el simple hecho de rebeldía, sino que lo hacía puramente por solidaridad, por un sentimiento de injusticia, casi de forma inocente, porque era algo que sentía verdaderamente, siempre manteniendo su buena disposición y esa carcajada ensordecedora, que remataba cualquier asunto molesto. Y fue precisamente eso, un sentimiento de injusticia lo que sentí cuando recibí la triste noticia de su muerte, a la vez que se conmemoraba por el mundo el día de la mujer, recordando todo lo que todavía queda por hacer sobre sus derechos.  


Estas características de Filomena —Filó, como sus estudiantes cariñosamente la llamábamos— la convertían en una profesora distinta a los demás. Tenía una vocación como pocos para la enseñanza, humana, cercana, alejada de cualquier superioridad o de aparato ceremonial y jerárquico a su alrededor, que a menudo caracteriza el aura intelectual de los académicos; ritual con el cual ella parecía satirizar cuando nos enviaba emails que empezaban con su característica fórmula «caros discentes», y seguían sin ningún tipo de formalismo. Lo hacía de forma natural, comprensiva, y tampoco con ninguna pretensión de crítica a sus pares. Lo hacía con la convicción de que también ella estaba allí como investigadora, aprendiendo permanentemente. 

Filomena fue una figura precursora en la investigación de las minorías étnico-religiosas en Portugal, con especial atención a la minoría musulmana en el reino portugués y a los moriscos en el siglo XVI, siendo investigadora del CIDEHUS (Centro Interdisciplinar de História, Culturas e Sociedades), de la misma universidad. Publicó ampliamente en varias lenguas, teniendo proyección internacional en su área de estudios desde muy temprano en su carrera académica, desarrollando estudios innovadores como  A Comuna Muçulmana de Lisboa (sécs. XIV e XV) (1998), Tempos e Espaços de Mouros. A Minoria Muçulmana no Reino Português (Séculos XII a XV) (2007), y más recientemente, el volumen editado junto a José Alberto Tavim y Lúcia Liba Mucznik, In the Iberian Peninsula and Beyond. A History of Jews and Muslims (15th-17th Centuries), 2 vols. (2015). Contribuyó en publicaciones internacionales renombradas, como el Routledge Handbook for Muslim Iberia (Londres y Nueva York, 2020), editado por Maribel Fierro, el eJournal of Portuguese History  (2015), el volumen Biografías Mudéjares o la experiencia de ser minoría: biografías islámicas en la España cristiana (2008), editado por Ana Echevarría, o, más recientemente, para el volumen Mamluk Cairo, A Crossroads for Embassies: Studies on Diplomacy and Diplomatics (2019), editado por Frédéric Bauden y Malika Dekkiche. Justo antes de dejarnos, Filomena estaba trabajando en un artículo sobre las mujeres musulmanas en el reino de Portugal para un volumen sobre la pérdida de al-Andalus, coordinado por Javier Albarrán, editor de esta revista, y Santiago Palacios, cuya publicación estaba prevista en la revista Journal of Medieval Iberian Studies. Desafortunadamente, jamás vamos a poder leer esa contribución.


Pero su trabajo no se limitó a su principal línea de investigación sobre las minorías religiosas en época cristiana. Filomena fue sin duda una figura fundadora para los estudios árabes e islámicos en Portugal, un área de investigación todavía incipiente en el país. No se interesó solamente por su pasado islámico, dando clases sobre temas como la jurisdicción islámica en al-Andalus, sino que también impulsó activamente esta área de investigación con la creación, como ya he mencionado antes, de la primera y única revista dedicada a los estudios islámicos en Portugal. Resultante del proyecto I&D “Muslims and Jews in Portugal and the Diaspora. Identities and Memories (16th – 17th centuries)”, liderado por ella, la revista internacional online, Hamsa. Journal of Judaic and Islamic Studies, fue fundada junto a José Alberto Tavim en el año 2014, y vino a responder a un vacío científico en la producción y divulgación académica en Portugal de historia, lenguas y literatura en estudios judíos e islámicos, contando con contribuciones de especialistas reputados en historia de al-Andalus, como Manuela Marín y Maribel Fierro, ambas editoras de esta revista.

De ella guardaré sus clases del máster y doctorado, así como sus charlas, como las experiencias más humanas y enriquecedoras a nivel personal y profesional que he tenido en la academia. Tampoco olvidaré hacer algún día un estudio sobre el uso de las minorías en la diplomacia de los omeyas de Córdoba, como ella me sugirió hace tiempo. Descanse en paz, Profesora. Espero poder seguir desarrollando un campo de estudios para el cual ha contribuido mucho, pero sobre todo, espero poder hacerlo con la humildad, solidaridad, humanidad y alegría que tanto la caracterizaban, incluso cuando todavía sigue haciendo falta ser una mujer luchadora, como fue Filomena. Así la recordaré siempre, como hoy, en este 25 de abril, día de la libertad en Portugal. La echaré de menos.